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La nueva cara del Águila Negra

EL COMERCIO / MARCOS GUTIÉRREZ / Lunes, 8 Octubre 2018

El edificio de la antigua cervecera de Colloto fue erigido el 29 de marzo de 1900. La Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA) lo incluyó en 1993 en el catálogo de inmuebles y jardines del edificio de la empresa El Águila Negra. El equipo de Alcázar Arquitectos trabaja desde el pasado mes de marzo para rehabilitarlo y revalorizar todo su entorno. A priori no resultaba una tarea fácil. Años de abandono habían llevado al inmueble a encontrarse en un estado más que cuestionable. El aparejador Carlos Ceñal explica, no obstante, que «el edificio parecía que tenía aspecto degradado, pero no estaba tan mal. De momento, quitando las torres, no hemos tenido que hacer ningún refuerzo estructural». En este sentido resalta que «interiormente es la estructura original» del edificio erigido hace 118 años. Un inmueble que previamente a su encarnación como fábrica de cerveza había sido una champanera. Carlos Ceñal indica que «la idea es tener en abril del año que viene todo lo básico terminado. Las fachadas, las cubiertas, las ventanas… Lo que es el envoltorio exterior».

«El problema que nos estamos encontrando es que no sabemos realmente el destino. Por eso la idea era dejar los forjados limpios y diáfanos», añade. En efecto, el equipo se encontró al comenzar a trabajar con la doble dificultad de tener que respetar la estructura y elementos de un edificio protegido y trabajar en su rehabilitación sin tener definido el uso que sus futuros propietarios van a querer darle. En esta línea, la clave del proyecto es «sanear el edificio y que el posible usuario se encuentre con algo lo suficientemente flexible para albergar diferentes usos».

Uno de los grandes enemigos a los que se ha enfrentado el edificio y que más seriamente amenazaron su pervivencia es la madre naturaleza. Carlos Ceñal indica que «lo que le hizo mucho daño fue la vegetación, que fue cubriendo los aleros». En este sentido, «en las torres uno y dos nos se han encontrado raíces a gran altura», muchas metidas incluso «dentro de los arcos». Pablo Alcázar explica que la estructura «evolucionaba según las necesidades de producción que iban teniendo». La rehabilitación del inmueble viene acompañada «de un desarrollo general para revalorizar este polígono industrial. Solo este edificio en sí revaloriza todo lo que tengas alrededor», añade. Así, por ejemplo, se erigirá un inmueble «que puede dedicarse al negocio hotelero y ahí se plantearía una zona peatonal». En definitiva, «sería darle otro tipo de cualidad estética al polígono. Las naves estropean un poco el entorno, por lo que esto ayuda a revivirlo».